Viviana Krsticevic: Sentencia CIDH es un ejercicio de resguardo de derechos no una afrenta a soberanía
Mensaje de la directora de CEJIL sobre la sentencia del Caso Benito Tide Méndez
Quiero compartir mi alegría por el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Personas dominicanas y haitianas expulsadas vs. República Dominicana.
La Corte aclaró varios temas de gran trascendencia para el país y el continente: el alcance del derecho a la nacionalidad, la garantía de la igualdad y la no discriminación, los derechos de las personas nacidas en el país y de aquéllas que se encuentran en una situación migratoria irregular, entre otras.
Como resultado de más de una década de proceso contencioso internacional, fue posible establecer que nuestros representados, en su mayoría dominicanos -17 de las 23 víctimas del caso, varios de ellos niños, nacieron en la República Dominicana-, fueron expulsados de su propio país sin garantías, por el color de su piel, en violación a los derechos que les otorga la Convención Americana y otros tratados internacionales de derechos humanos.
El Tribunal Interamericano estudió detalladamente la práctica, la jurisprudencia y la legislación migratoria, y reafirmó lo sostenido en el caso de las niñas Yean y Bosico: la normativa no puede aplicarse o interpretarse como un modo de limitar el derecho a la nacionalidad de las personas nacidas en el país en función de la situación migratoria de sus padres. Más puntualmente, cuestionó el razonamiento del Tribunal Constitucional (TC/0168/13) en su decisión sobre la materia por sus efectos discriminatorios y la posibilidad de convertir en apátridas a cerca de doscientas mil personas. Adicionalmente, la Corte planteó que deben quedar sin efecto partes de la ley que intenta resolver la crisis de derechos generada por la sentencia del Tribunal Constitucional en la medida en la que trata a millares de personas como extranjeras aun cuando nacieron en la República Dominicana. La Corte es clara en determinar que los reclamantes del caso que nacieron en el país deben contar con la nacionalidad dominicana.
La Corte ha emitido decisiones sobre muchos países y situaciones diferenciadas. Decisiones que son de cumplimiento obligatorio según lo establecido en la Convención Americana.
Varios tribunales constitucionales y altas cortes del continente han cambiado su jurisprudencia en virtud del diálogo jurisprudencial y, en ocasiones, el control que ejerce la Corte Interamericana. En Argentina, Perú, Chile, Colombia, México -entre otros-, ha habido pasos importantes en este sentido. Más aún, países como Chile y México, han modificado sus propias constituciones como resultado de casos de libertad de expresión y graves violaciones a los derechos humanos.
República Dominicana se comprometió a cumplir con las obligaciones establecidas en el tratado en el año 1978, aceptó la jurisdicción obligatoria de la Corte en el año 1999 y durante 15 años ha comparecido ante el Tribunal y ha expresado de diversas maneras su interés en fortalecer la protección internacional de los derechos.
Por ello, nuestra expectativa y esperanza, se centra en que los distintos poderes del Estado, empezando por las más altas autoridades, respondan a la decisión del Tribunal con serenidad y con el compromiso democrático de garantizar los derechos humanos cumpliendo a cabalidad la sentencia. Esperamos de República Dominicana lo que esperamos del resto de la región. Ni más ni menos. A las personas interesadas en el tema, les pido encarecidamente que lean la decisión y que apoyen desde sus diferentes espacios este trabajo por la dignidad.
La decisión expresa la vocación protectora de derechos del último tribunal de justicia de la región. No se trata de un señalamiento en contra del país o una afrenta a su soberanía, sino de un ejercicio de resguardo de derechos en el ámbito internacional. A pesar de la decisión de rechazo de este fallo anunciado el día de ayer por parte de las autoridades de gobierno, esperamos que podamos sentarnos prontamente con las autoridades para iniciar una nueva etapa de dialogo.
Éste es uno de los momentos donde recordamos con añoranza y satisfacción a nuestra amiga y colega, Sonia Pierre, quien lideró en vida muchos de los debates y luchas en contra de la discriminación de los dominico-haitianos.