Ciertos aires de tranquilidad
Zobeyda Cepeda
El proyecto de ley sobre naturalización enviado por el Presidente de la República al Congreso constituye la respuesta más saludable y certera que ha dado el gobierno desde que fuera publicada la siniestra sentencia por el Tribunal Constitucional en octubre pasado.
La pieza propone un régimen especial en beneficio de hijos e hijas de personas extranjeras no residentes nacidas en el territorio nacional durante el periodo comprendido entre el 16 de junio de 1929 al 18 de abril de 2007 inscritos en los libros del Registro Civil dominicano.
La presentación de la iniciativa nos muestra por un lado el reconocimiento de la incomodidad y embarazosa situación en la que ha estado el gobierno ante la lluvia de ataques a nivel internacional provenientes de instancias de derechos humanos y de organizaciones de la sociedad civil, difundidos por todo el mundo.
Nos deja ver también el impacto de las presiones hechas desde dentro. La valentía de quienes se han opuesto a la decisión manteniendo un discurso irrebatible, en algunos casos poniendo en riesgo sus propias vidas. Pero además, entre tantos rostros, el liderazgo de las propias persona afectadas, actuando desde actitudes de empoderamiento en la defensa y lucha por sus derechos.
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